Estaba tirado en el suelo cuando me desperté, me
sentía muy cansado y mi espalda crujía por todos lados, como si
hubiera estado durmiendo durante días sobre una mesa. Me levanté y me estiré un
poco intentando quitarme esa sensación de encima.
Lo primero que vi fue tierra, todo el suelo estaba
cubierto de ella. Miré a mi alrededor y me quedé algo bloqueado al ver que no
podía ver el fondo, sino que lo veía como infinito y vacío. No había ningún
edificio, ninguna casa, ninguna pared ni siquiera algún objeto por el suelo:
nada de nada, tan solo tierra. Al girarme para verificar que a mis espaldas
tampoco había un límite de fondo la vi.
Quedé enmudecido y ni siquiera pude gritar del
espanto. Mi respiración se aceleró, al igual que mis pulsaciones e
involuntariamente empecé a dar unos pocos pasos hacia atrás.
Una persona con un vestido blanco marchitado
estaba de pie a unos metros de mí, observándome. Me aterroricé cuando vi su
cara y sus pies, que no eran escondidos por la fina tela. Esa persona era un
esqueleto: sus huesos eran de un color amarillento y tenían algunos trocitos de
carne pegados. En los huecos de los ojos podía ver dos puntos que brillaban, de color
azul y con baja una intensidad. Curiosamente, ese esqueleto aun conservaba su
largo cabello.
No me atrevía a formular ninguna palabra, incluso
quería irme corriendo pero mi cuerpo no reaccionaba. Así pues, como yo no dije
nada, el esqueleto habló primero.
-No te asustes. – Dijo moviendo su mandíbula.
Me sorprendió aún más que fuera una voz femenina
tan fina y delicada. Se quedó unos segundos en silencio esperando una reacción
que no obtuvo, así que continuó hablando.
-Verás, esto… Dame tu ropa.
Eso me pilló por sorpresa: ¿para qué quería ella
mi ropa? Me observé a mí mismo. Observé mis brazos, seguía llevando la sudadera
gris y, cuando bajé la mirada para ver mi torso, solté un grito.
Tenía toda la cintura destrozada y parte de la
sudadera ya no existía. Casi todo estaba manchado de sangre seca y no sé cómo
la sudadera se iba manchando cada vez más y más.
-Oh, ya veo, acabas de morir, ¿no? Entonces no te
esfuerces en dármela.
-¡¿Qué me está pasando?! –Conseguí decir con un
tono de voz más elevado de lo normal.
-Mierda, siempre me pasa lo mismo. Oye, escúchame…
no sé cómo explicártelo, ¿vale? Piérdete por ahí, no tengo ganas de ser niñera
ahora. – Cruzó sus brazos esqueléticos.
-¿Se puede saber qué estás diciendo? ¿Dónde estoy?
¿Qué me está pasando? ¿Es esto una pesadilla? ¡¡Ayúdame, joder!!
No podía mantener la calma, pensaba que me estaba
muriendo dentro de una pesadilla o algo por el estilo pero todo era tan real…
-Qué remedio, siempre me toca tratar con novatos.
Mira, chaval, - dijo sin educación ninguna – acabas de morir, ¿te queda claro?
Ya no estás en la Tierra así que de nada te va a servir llorar, gritar o lo que
sea que vayas a hacer. Estás muerto, ¿entiendes?
-¿Es esto el infierno? – Pregunté sin saber qué
pensar.
-Quién sabe, para algunos sí, para otros no. Yo
sólo quería robarte la roba pero da igual, de todas formas, pronto la vas a
perder.
-¿Perder? - Vi como la chica esqueleto se alejaba
hacia el infinito. - ¡Oye! No me dejes aquí. Necesito ayuda, por favor, esto… yo…
quiero salir de aquí.
Se detuvo al oír las cuatro últimas palabras que
salieron de mi boca. Sin girarse siquiera, me dijo lo siguiente:
-Qué nostalgia, yo dije lo mismo cuando aparecí
aquí. No intentes salir porque no puedes ni podrás.
-¿A qué te refieres? ¿No es esto una pesadilla?
Se giró y se acercó a mí hasta quedarse a más o
menos un metro de distancia. Tenía miedo, tenía miedo de que me hiciera daño,
tenía miedo de ella.
-Te lo volveré a repetir por última vez: estás
muerto. – Respondió mirándome a los ojos. – Estás en Tycm, bienvenido. Este es
un mundo de muertos, es un mundo dónde van a parar todos los seres vivos de la
Tierra una vez sin vida, así que no intentes escapar. Te recomiendo buscar a
alguien, desgraciadamente ese alguien no soy yo. Vigila tus objetos porque son
más importantes de lo que crees. Ah, y hablando de pertinencias, seguramente te
van a desnudar así que te recomiendo estar solo mientras manipulen tu cuerpo.
Adiós.
La chica esqueleto dio media vuelta y se alejó
poco a poco a un paso lento.
Escuché atentamente todo lo que me dijo pero poco
entendí. ¿Realmente me había muerto? Al parecer me encontraba en un mundo
llamado Tycm, un mundo del cual no puedo escapar y dónde habitan los muertos, los
muertos del planeta Tierra. Debía buscar a alguien que no sabía quién era y a
la vez vigilar mis objetos y pertinencias. También algo de manipular que no
había entendido.
Abatido y sin saber qué hacer, empecé a andar
hacia una dirección diferente a la de la chica esqueleto, ya que quedarme de
brazos cruzados no iba a solucionar nada.
Interesante, muy interesante~ En los dos primeros párrafos hay una serie de palabras repetidas que casi me hace echarme hacia atrás, pero en el resto del texto no vuelves a hacer nada igual, así que es perdonable. :3 Perfect <3
ResponderEliminarMuchísimas gracias Da T_T No me había dado cuenta de la repetición de esas palabras, gracias por comentarlo, ya lo he cambiado. Yo también opino que queda mejor sin esa repetición >.< . Está bien saber las opiniones de los lectores pero está mejor aún que te encuentren los errores jajaja.
EliminarNya <3
BIEEEEEEEEEN (Es tarde, tengo sueño, no voy a explayarme mucho, pero me ha gustado, está interesante, quiere la ropa y se ve que es algo importante -los objetos en si- y no se donde va a llevar todo esto, pero se puede desarrollar bastante interesante y largo y se me están ocurriendo cosas a mi para continuar la historia pero me callo xD así que resumo con un bieeeeen).
ResponderEliminarPD: Soy Javi e.e